Castigos vs. Consecuencias

¿Cómo sustituir los castigos, chantajes, amenazas por consecuencias que ayudarán al niño a modificar conductas de forma consciente?

La mayoría de los padres fueron criados bajo la premisa de los castigos, es por ello que resulta natural escoger los castigos como primera opción para atacar una conducta no adecuado. Sin embargo, ¿es esta la mejor herramienta?

Cuando castigamos a un niño podemos conseguir que deje de saltar en un banco, que pare de pegarle a un compañero, que comparta su juguete, etc., pero ¿el niño aprende realmente del castigo?, ¿gracias al castigo no volverá a repetir la conducta?

La respuesta es no. Los castigos no transmiten ningún mensaje y en la mayoría de los casos no están relacionados con la conducta a ser modificada. El pequeño está simplemente respondiendo a la orden de un adulto porque es la autoridad o simplemente por temor, sin analizar ni entender por qué debe hacerlo. Además, con el tiempo lo estamos llenando de rabia, resentimiento, rebeldía, e incluso estamos afectando su autoestima, como bien lo explican los especialistas ligados a la disciplina positiva.

Así pues, transformemos estás respuestas inconscientes de los niños por acciones conscientes, sustituyendo los castigos por consecuencias lógicas que estén estrechamente relacionadas con sus actos.

Tips para cambiar castigos por consecuencias

1. La regla de las 3Rs nos ayudará a identificar como establecer consecuencias lógicas:

Relacionada: Una consecuencia debe estar completamente relacionada con la conducta a modificar.

Razonable: Lo ideal es que las consecuencias se planteen antes de que se lleve a cabo la conducta inadecuada y que esta consecuencia sea a la medida del acontecimiento.

Respetuosa: Para comunicarla se debe utilizar un tono calmado y respetuoso.

Por ejemplo, el niño está jugando en la sala con sus juguetes y es momento de ordenar. Se le comunica con 5 minutos de antelación que tiene que recoger. La consecuencia a no recoger los juguetes es que no podrá nuevamente jugar en la sala por dos días y explicarle de forma respetuosa, poniéndose a su altura y mirándolo a los ojos que cuando juegue con los muñecos al terminar es importante ordenar y proponerle: “¿te parece que la próxima vez lo hagamos con la canción de clean up?” o alguna otra opción que le agrada a tu pequeño, esto como alternativa a estimularlo a hacer la actividad con satisfacción y no desde la obligación, una forma sana de enseñarles a ser responsable, organizados y crear estructura.

2. Cambiar el condicional “si no” por “cuando”.

Como bien lo explica la psicóloga Alexandra Lombardo, este cambio en la manera de comunicar la instrucción puede ser mágico. En vez de decirle a nuestro peque: “si no te comes toda la comida no vamos al parque” dile “cuando termines de comer, vamos al parque”, cambia “si no terminas la tarea, no puedes ver la televisión” por “cuando termines la tarea después puedes ver la televisión”.

Ese cambio en el discurso hará que no lo sienta como una amenaza, una orden impuesta o un castigo, al contrario, tu peque irá integrando de forma progresiva que cada actividad tiene un orden, a priorizar cada una de estas y se irá incrementando su sentido de la responsabilidad para cumplirlas.

3. Crear acuerdos.

Esto aplica para niños de mayores de 6 años. Escribir en un papel de forma sencilla y simple un acuerdo entre el peque y tú. En este acuerdo tienen que salir beneficiados ambas partes (como en todo acuerdo), entonces háganlo juntos, hagan una lluvia de ideas, pregúntale cómo le gustaría a él cierta situación, y explícale de forma asertiva que es lo mejor sin desvalorizar su opinión.

Por ejemplo: le propones, vamos a hacer un acuerdo para dominar el comer dulces, y le dices: “solo puede ser los fines de semana, ¿qué opinas?” si él te dice que “no”, que quiere todos los días, le puedes habilitar un día a la semana, entonces le explicas: “el azúcar no es sano, escuchando tu sugerencia, ¿puede ser entonces 1 día a la semana y los fines de semana?”, esperemos tu niño acepte y creen un acuerdo que los beneficie a los dos. De tu parte está en comprar esos dulces que le gusta a tu peque. Luego le indicas, ¿qué crees que pasaría si se rompe este acuerdo? Es una forma de hacerlo reflexionar, y entre ambos crean la consecuencia, la escriben y firman el acuerdo.


Para enseñar a nuestro pequeño no necesitamos castigos ni malos tratos, hoy en día existen herramientas como esta con las que podemos educarlos desde el amor y de forma consciente.

Como afirma la pedagoga Lorena García Vega “el castigo es ineficaz a largo plazo”. Por ello, te invitamos a cambiar los castigos por consecuencia.

Esperemos te haya sido útil esta información, empieza a ponerla en práctica.

Con Gratitud, Rosi&Coni

Material consultado: https://www.bebesymas.com/educacion-infantil/cuatro-r-consecuencias-negativas-que-genera-castigo-ninos-1

 

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